El Frío
diciembre 27, 2007
Ese incauto testigo de algunos pasos al dejar sólo marcas a través de la nieve, producto de mucho mucho en sus entrañas, tanto tiempo ha pasado ya que el dolor habitado en él se ha congelado.
Las mariposas caen muertas ante su presencia, las aves antes ligeras al volar por esos cielos surcados de nubes y ligera luz solar a través de aquellos montículos que aguardaban con lluvia en su interior ahora se han ido dejando un claro entre el cielo, ahora sin sol, ahora sin luz, pero con claridad y tan intenso que lastima, lastima la claridad, lastima el frío que se siente, que cala hasta los huesos y la sangre antes casi hirviente por amor, pasión o deseo ahora está congelada.
Ahora el cuerpo se está quedando quieto, el cerebro pasa por momentos de pensamientos notablemente recurrentes, unas veces como un caos ezquizoide, otros como una sensación de ansiedad que en mucho se convierte en una euforia queriendo correr y salir para dejar de soportar el dolor de un cuerpo que se está volviendo un hielo por completo.
Y como un hielo, así será, frío, quebradizo, y también lastimando a quien se acerque a tocarlo, pegando su piel a él y arrancársela porque no se puede separar de ese cuerpo ahora ya inerte, causando llagas a través de el propio quemante que causa.
Deformándose y ya esperando su final en cuanto haya un poco de calor, en cuanto haya alguna luz que pueda apagar el dolor que se siente.
Y ya estando muerto, sólo queda la esperanza, para los demás, porque ya no quedan ni sentimientos, ni pensamientos, todo se fue consumiendo por sí mismo al irse congelando y quedando seco, seco en vida, seco cuando ya no hay nada, pero sintiendo, no con el corazón sino con la piel… el dolor profuso de tantas heridas que no callan y están ocultas tras esa piel de porcelana que ahora ya no significa nada, para nadie.
diciembre 28, 2007 at 4:51
asi es , muchas veces , nuestros sentimientos kedan congelados de dolor , exponemos nuestros corazon a este frio de desepciones y terminamos en una nieve de melancolias un beso y felicidades escribes muy bonito.
diciembre 29, 2007 at 14:05
El frío está bien, pero sólo cuando se tiene a mano una mantita con la que calentarse… no sé si me explico…