En los Funerales del Deseo
septiembre 2, 2008
Una caverna infinitesimal bosteza en cada célula… Sabemos dónde se instalan las enfermedades, su lugar, la carencia definida de los órganos; pero ese mal sin sede…, esa opresión bajo el peso de mil océanos, ese deseo de un veneno idealmente maléfico…
Las vulgaridades de la primavera, las provocaciones del sol, del verdor, de la savia… Mi sangre se desintegra cuando los brotes se abren, cuando el pájaro y el bruto florecen… Envidio a los locos de remate, el embotamiento del lirón, los inviernos del oso, la sequedad del sabio, cambiaría por su torpor mi agitación de asesino difuso que sueña crímenes más acá de la sangre. Y más que a ningún otro, ¡cuánto envidio a esos emperadores de la decadencia, huraños y crueles, y a los que se apuñalaba en pleno auge de sus crímenes!
Me abandono al espacio como la lágrima de un ciego. ¿De quién soy la voluntad, quién quiere en mí? Me gustaría que un demonio planease una conspiración contra el hombre: me aliaría con él. Cansado de debatirme con los funerales de mis deseos, tendría por fin un pretexto ideal, pues el Hastío es el martirio de los que ni viven ni mueren por ninguna creencia.
Extracto- Breviario de Podredumbre
Emile Cioran