Epitafio
mayo 7, 2010
Ya un adiós no tiene valor, ya no tiene sentimiento.
Una despedida no es más que eso.
Por ello a quienes me esperaron, o ilusoriamente pensaron que me encontraba en este o aquel lugar,
A quienes prometieron; tanto mentiras como verdades…
A ilusiones vagas y atemporales.
A el daño, a los años, a las palabras y esos entes…
Les escribo esto.
Que nunca me he perdido, sólo que nunca estuve a su alcance.
Y no creyeron la verdad, pues la verdad era lo que no querían ver.
Lástima siento por él, por ella, por todos los demás…
Yo seguía girando sin cesar y cuando ví que no había respuesta lo entendí.
Y mareada como atormentada lo sentí al yo caer.
El vacío que provocaron y del que son presas, del que me hicieron artificios…
Entendí que lo fácil es lo que muchos quieren.
Y quienes lo obtienen se conforman y de conformistas se vuelven tan sólo mediocres.
Y decidí, dejar todo eso atrás. No mirar. No recordar.
Enterrar recuerdos y ya no pensarlos más.
Una nueva etapa empieza ya.
Y no dejaré (no más) que su silencio me perturbe
Persiguiéndome por rincones, por letras y reuniones.
No; ni siquiera hubo una flor.
Mi presencia es más que suficiente.
Y esto que escribo más que un adiós.
mayo 7, 2010 at 23:50
Es hermoso y desolador tu poema. Gracias pro hacer hablar a ese sentimiento compartido.
mayo 8, 2010 at 0:10
Gracias Daniel, gracias por leerlo y llamarlo poema. Por compartir.