2014
diciembre 30, 2014
Después de un año así, tengo mucho, mucho que escribir, al mismo tiempo que muchas fotos que publicar…
Pero no lo haré; este año ha sido un año lleno de cambios y de sorpresas, de enojos, frustraciones, viajes, recaídas, visitas al hospital, al supermercado, y sigo con migraña, he demandado a dos semi doctores en diferentes países, pero aquí sigo.
Ya no creo como antes, he cambiado mucho, el insomnio no me deja respirar tranquila, perdí a quienes creía que eran mis amigos, por fin le dije adiós a una sombra de mi pasado.
Encontré refugio en los Schokocroissants, Nutella y la lectura.
Hay muchos momentos que me hubiera gustado compartir, pero no pude.
Hoy antes de la cena o después (no recuerdo) le pregunté a mi novio sobre su momento más especial del año, lo pensó, cerró los ojos y muy serio me dijo: «creo que fue Weimar», yo me sonreí. Para mí es suficiente pero yo soy más detallista, y mi mejor momento fue, cuando una noche de domingo en otoño, salimos del cine alternativo alemán en OberStadt , y se sentía frío, no encontramos estacionamiento y caminamos unos metros, colina abajo, camino a casa, recuerdo que íbamos tomados de las manos, yo traía el cabello suelto, y se notaba en las sombras que iban delante de nosotros, tenía frío, quería un café, quería dormir, pero quería sentir el viento en mi rostro y no dejar a mi novio en esa noche, no hablamos en todo el camino, pero lo recuerdo, y se los comparto, ese fue uno de mis momentos memorables de este año, y con ese amor, con esa fuerza, es con la que espero recibir el año venidero, el 2015 y ahora sí, escribir, salir, y muchas otras cosas que los últimos años no he podido hacer pero que ya anhelo.
Cambié, no soy nada de aquella que conocieron antes, a veces quisiera volver a ella, pero no puedo y tal vez no quiera, el tiempo deja sus huellas y hay que vivir con ello.
A pesar de la nostalgia que se podría percibir aquí, dejé de leer acerca de suicidas en el siglo XIX, uso botas o botines y rara vez uso tacones. Hago hiking, me volví vegana, tengo una endodoncia, salí de un envenenamiento gracias a otro doctor, me convencí de que más doctores y medicinas alternativas no me ayudan.
Y más cosas en este 2014 que termina y que me guardo para mí y mis diarios.
Hace siete años que inicié este blog (tal vez más) pero por ahora me despido, quiero escribir aquí pero también quiero escribir en papel y tinta.
Estoy cansada, fatigada, pero trato de ser feliz y reír cada vez que pueda hasta que me duela el estómago, como hoy pasó en la cocina…
Feliz Año 2015 para todos aquellos que lean y entiendan este post, les mando un gran abrazo y esperando lo mejor, así se los deseo.
Barbara W.O.
diciembre 31, 2014 at 8:56
Le deseo un Feliz año 2015. No deje de sonreir, de escribir, de disfrutar de las letras y de ser ud. misma. Un abrazo y espero verla pronto por aquí o en cualquier otra parte, algún día…