Magnolias inmaculadas
yacen en floreros de cristal cortado.
Bañadas y hundidas en un mar de leche.
Se encuentran al filo en una mesita de café.
El humo de un cigarrillo las inunda a su alrededor.
Mientras las miran sin entender porqué están así.
Sin darse cuenta ellas se marchitan…
Su color va cambiando;
Hacia un sórdido ocre,
oficio de la alquimia del tabaco.
Más a ellas las mantienen con sentido.
Con el sentido de la muerte ya intacta
Como producto de un ornamento.
Los nervios son tan tensos
que con un cuchillo se podrían partir.
La conversación no fluye más allá
De lo que el silencio podría decir.
Se siente por instantes
El aire frío de un día que no comenzará.
Así como la nostalgia
De lo que se nunca se recordará.
Por eso las magnolias…
Fueron en este día gris
La imagen blanca de lo que
Siempre tendré.

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