Existencia del Ser

enero 8, 2008

«El ser es aquello sin lo cual nada es.»

Aristóteles

«To be or not to be, that is the question»

Hamlet

Shakespeare

Se vivió mucho, se perdió y también se murió.

El Renacimiento apenas está viendo su luz que en verdad no es la salida de ese abismo, en el que tantas veces se ha caído en forma de espirales, muchas veces como remolinos siendo tan sólo metamorfeadas en una tercera dimensión.

Ha habido alegrías, euforias, decepciones e ilusiones, sueños dulces y amargos despertares .

La luz no significa el final de nada, la luz que es tan pequeña significa el encontrar algo dentro de la más oscura soledad, encontrar el principio de ese algo.

Apenas está por comenzar; ya que las circunstancias han cambiado el sentido de la existencia así como el clima cambia por mucho la dirección de los barcos en alta mar.

Se ha encontrado lo que se buscaba por largo y penoso tiempo, incluso antes de poder recordarlo, ahora se sabe el porqué de tanto y de lo mucho que significó para que se llegara a este pico de la montaña. De esta montaña encumbrada, de aquella a la que muchos no han llegado por miedo a enfrentarse con ellos mismos en un campo de batallas lleno de recuerdos manchados por sangre emanante de heridas.

Los viajes han sido al pasado, por muchos años atrás, por lugares que parecían desconocidos ya que por mucho no se habían visitado más al cerrar ese capítulo de la historia.

Han sido por encima de la realidad, incluso han sido muchas veces en plano de un espacio intrínseco que estaba totalmente lleno y desbordante por un vacío, pasando por bosques húmedos llenos de árboles, y vegetación tanto hermosa, como maleza que podría envenenar a cada pisada que se daba y se ha ido abriéndose paso a través del frío y la niebla en diferentes ciudades, ciudades grises que han significado la mayor felicidad; en ocasiones la mayor tristeza, querer volver y no poder, estar ahí y querer correr para escapar…. y también se ha estado en el despoblado mar, seco y tan solo consumido por el calor y la arena.

Las botellas han terminado rotas en el piso con gotas de vino chorreando entre fragmentos de cristales llenos de sangre al internarse en la piel. Las copas de tantos brindis también han terminado en fragmentos al igual que la sensación de una mujer al sentirse tan llena y desbordante por pasión y amor cual una copa de vino tinto con una consistencia delicada pero a la vez sublime en cada sorbo que se daba. La bebieron por sorbos disfrutando en cada instante de su sabor de la esencia que se consumía para después al estar en un estado de ebriedad tirar esa copa ya vacía y hacerla pedazos que tarde o temprano lastimarán.

Las vidas de aquellos que no tienen nombre se han ido consumiendo, quedando apagadas muchas veces para así saciar sed de vida, hostigo de dolor.

Y ahora ya los años no cuentan, cuentan las fechas ya que el tiempo no se detiene, aunque a veces pareciera que lo hace, las explosiones de los relojes hacen presa a muchos del dolor que se siente al transitar por la vía de lo que es esto… el propio tiempo sentir su paso, escuchar el eco de sus pisadas y temerle, porque no lo vemos, más lo sentimos y sabemos que es despiadado, pesado y cruel.

Algo se termina y algo está por comenzar, es un ciclo, es un círculo, nunca acabará de ser así.

Pero dentro de ese círculo ahora en otro ciclo, quedan cosas por hacer, como reencontrar los fragmentos que se ya se han encontraron y juntarlos para formar el espejo que se había roto, encontrar en realidad el reflejo que se ha buscado y ver la imagen por completo de lo que se es.

Hay botellas sin descorchar todavía, y no están aquellos con quienes se brindó en épocas pasadas… y así, desafiando los miedos se abrirán esas botellas y las copas serán nuevas, sin ilusiones, sin tentaciones pero con un gran sentido de deleite acompañada por dos eternos amantes: La Soledad y El Tiempo.

Querer dejar de lado en la puerta a la Perfección para darle paso a la Imperfección, que entre en este castillo cayéndose a pedazos y reírnos de lo que existe para así aceptarlo.

Y ya se tiene la seguridad de que así será, porque así fue, una y mil veces, y esto no es un simple Deja Vu, esto es algo parecido al Eterno Retorno, pero sin Filosofía, y sin entendimiento alguno, sólo soy yo.

La Vampiresa

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EL ESPEJO

El sueño castigado se queda
en el sueño de sí mismo, no
pendula su espanto.
¿A dónde irá con su memoria?
Entre árboles busca
una sombra verdadera
en esta duración. El sueño
era otros y es otro hoy que otros
lo niegan o creen que no existió.
No quiere encuentros falsos
y contempla su cara en un espejo
Que se detuvo y guardó
fulgores que no envejecen
mañana.

ESCRIBO EN EL OLVIDO…

Escribo en el olvido
en cada fuego de la noche
cada rostro de ti.
Hay una piedra entonces
donde te acuesto mía,
ninguno la conoce,
he fundado pueblos en tu dulzura,
he sufrido esas cosas,
eres fuera de mí,
me perteneces extranjera.

LO QUE PASA

Yo te entregué mi sangre, mis sonidos,
mis manos, mi cabeza,
y lo que es más, mi soledad, la gran señora,
como un día de mayo dulcísimo de otoño,
y lo que es más aún, todo mi olvido
para que lo deshagas y dures en la noche,
en la tormenta, en la desgracia,
y más aún, te di mi muerte,
veré subir tu rostro entre el oleaje de las sombras,
y aún no puedo abarcarte, sigues creciendo
como un fuego,

y me destruyes, me construyes, eres oscura como la luz.

Juan Gelman

Poemas para Vampiresa dedicados por Nephilim… ahora recuerdos que están quedando ocultos en el cajón que ocupa un espacio en mi mente tan sólo para eso, para recordar.

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La Chica Vudú

Su piel es de tela blanca,
un remiendo de recortes.
Y en su corazón se ensartan
alfileres de colores.

Por ojos un par de discos
rayados en espiral
que emplea en hipnotizar
a una multitud de chicos.

Mantiene en trance profundo
a un ejército de zombies.
Entre ellos incluso hay uno
que es nativo de Donosti.

Mas también sobre ella pesa
una horrible maldición
pues cuando alguien se le acerca
demasiado, es un punzón
cada aguja que se entierra
más hondo en su corazón.

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Tim Burton

¿Eternidad?

diciembre 24, 2007

«La eternidad no es un lugar ni un tiempo. Porque el lugar y el tiempo poco significan. Es saber que nuestra verdadera naturaleza vive simultáneamente en algún lugar del espacio y el tiempo.»
Richard Bach

Cuánta Razón

diciembre 20, 2007

«No te quejes del mundo, estaba aquí antes que tú»

Mark Twain

Tengo 4 Orejas

diciembre 6, 2007

Con dos oigo, con dos percibo, con dos siento lo que pasa a mi lado sin utilizar el sentido de mis ojos… aún al tenerlos abiertos a la realidad siniestra.

Quizás tenga más de esas «dos orejas» con las que puedo darme cuenta de tanto, incluso han llegado a escuchar los latidos de mi corazón, no siempre en la noche, también en el día y hacer que no pueda dormir.

Para mi vigésimo quinto aniversario de existencia relativa y muchas veces absurda, tuve como regalo una oreja, cuando la vi, mi cuerpo se estremeció con todos sus sentidos, la piel empezó a liberar descargas eléctricas y de los poros de mi piel empezaron a salir pequeñas gotas de sudor… mientras mis manos temblaban ante lo atónito de mi cerebro al ver tan magnífico regalo.

Y no había miedo, había emoción, mucha emoción que en realidad no sé de dónde salía porque mi cerebro ya no respondía y mi corazón ya no latía…simplemente el día en ese momento se detuvo, y cuando hablaba de que Cronos estaba fraguando algo en mi contra, ahora veo que era algo para mí, y el tiempo apremia, ahora lo reconozco.

Esa es mi tercera oreja, que me encanta, a la que adoro y la que acepté con la más gustosa de las sensaciones, no como pasó con Van Gogh, no, en esta ocasión la oreja no fue rechazada y vienen a ella no una boca, sino unos labios, que la devoraran a besos, y quedará enmarcada en mi memoria y en mis sueños, en mis deseos.

La cuarta oreja (analíticamente la cuarta) es una continuación de algo inconcluso, esa oreja tiene como destino mi boca, con dientes incluídos, mandíbulas fuertes para poder triturarla y saborearla en éxtasis… consumida por el mismo presente.

Gracias por mi oreja de Nephilim… ¡TE ADORO!

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Hay quien dice que Van Gogh se corto la oreja para dárselo como regalo a la mujer que mas adoraba y hay quienes dicen que fue por la perdida de Gauguin su mejor amigo, yo lo hago por que eres mi niña adorada y no quiero perder nunca tu amistad… millones de besos

De Neruda

noviembre 30, 2007

Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.
.
Como todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía.
.
Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
Déjame que me calle con el silencio tuyo.
.
Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.
 
Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.

Sin título

noviembre 27, 2007

Los días son grises, la lluvia es triste, los días son noches y cada vez más cerca la fecha que esperara que nunca llegara, la propia ausencia presente, qué grato fuera que estuvieras a mi lado para así tener nuestra completa imperfección, perdidos en nosotros mismos, yo en tu mirada, en ti mismo y tú en mi esencia que ha reemplazado ya a tu sangre.

Te extraño, te extraño tanto que la extrañez es tan indiferente a lo que siento…. y lo único que me hace estar de pie… por momentos… son esos recuerdos, tu imagen, tu perfume, tus besos, tus caricias, con esas manos que me han encantando por su letra, por su sentir, por esos dedos que me provocan ese éxtasis al escribir.

Hoy en este amanecer que en realidad no sé si lo es, me encuentro, pensándote, necesitándote, y aclarándome; porque todo parece igual…las gotas de lluvia caen y los libros siguen en el mismo lugar, porque cerré los ojos en un iluso creer que podría dormir, sin embargo sólo fue un parpadeo y aquí sigo, en mi cama una y otra vez volteando hacia esa ventana que es mi prisión que no me deja salir a volar, que no me permite tantas veces respirar, porque ahora me he confundido, y no sé si pueda salir a que la lluvia moje mi rostro, me siento atrapada en mi misma y los pedazos que quedaron los sigo buscando, pero lo que tengo ya no lo quiero romper ni perder.

Sí, lo sé soy una contradicción, un encanto y un rechazo a la vez, estoy dividida no en dos, tal vez en tres… no puedo discernir entre pensamientos y sentimientos, pero si estoy segura de algo…te quiero y te quiero a mi lado, como tantas ocasiones, quiero que tú seas mi felicidad, que tú seas mi razón para ya dejar de llorar, quiero que tú seas quien me defienda de esos demonios, estar tranquila y así dormir de nuevo entre tus brazos, bajo el clima frío de un casi diciembre, pero entre el calor de nuestros cuerpos.

Simplemente te necesito, me haces falta. Ya no rechazaré la no soledad ante la presencia etérea de ti…ante mí.

El Arbol Encantado

noviembre 26, 2007

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Era un árbol, en realidad no sabía la especie a la que pertenecía, pero se encontraba en los bosques de temperatura templada casi fría, en el norte de Europa.

No podía aceptar que era un árbol y el no poder moverse, siempre quería más y más, no aceptaba lo que había a su alrededor y por eso se atormentaba. Pareciera una mujer -muchos pensaban al verle caminando por esos bosques- el estar junto a su tronco y el sonido de sus hojas moviéndose al compás del viento daban mucha paz y tranquilidad a quien estaba a su lado, sin embargo, ella sólo quería salir de ese tronco.

En realidad la habían transformado en eso, en un pedazo de madera, con vida, mucha vida, pero no podía hablar y estaba indefensa ante la tortura de los incendios y de lo lastimoso de las heridas que le provocaban los humanos, esas hachas que con el tiempo se fueron convirtiendo en serruchos y después en sierras, y cómo la querían convertir en algo que en realidad ella nunca fue, ella nunca quiso ser.

Antes mucho antes de que esto sucediera ella misma había cambiado por muchos hechizos y maldiciones y su forma había sido distorsionada y hasta la fecha no se sabe cómo fue…

Sólo pensaba, mi cabello ahora ya no será rubio ni tampoco negro como en otras ocasiones, ahora será natural, como lo que me rodea, este hermoso bosque -se decía- será color madera, y yo yo seré fuerte, con mucha vida, aunque muy vulnerable, dando mucha vida a través de los frutos que son las mismas letras, pero seguiré seca, mi piel y mi ser estarán secos a pesar de tener vida.

Tenía mucho miedo cuando llegaban los leñadores porque no quería saber más de dolor y no poder hacer nada, era una tortura casi indescriptible, hasta los niños le daban un miedo enorme ya que con sus navajas ponían iniciales y rasgaban su propia piel que para los demás era solo la corteza seca de un árbol viejo, antiguo…

Sin embargo, sabía y estaba con una completa seguridad de que era parte de una sublime naturaleza y por eso había tantos al acecho, la querían cortar, destrozar y convertirla en algo más, en algo que para ella, antes era parte de su vida, hojas de papel, hojas en las que antes escribía, hojas en las que plasmaba sus historias, su mente, y su vida, su vida por completo, pero hacía tanto tiempo de aquello que parecían sueños aunque ella ni siquiera los podía recordar ya que siempre estaba «despierta» por el propio miedo, angustia, que le provocaba el contacto con la gente en su propio ambiente que no toleraba que lo inundaran con desechos, como en muchas otras ocasiones.

Tenía la apariencia propia de un Roble, fuerte, robusto y muy apreciado por toda la humanidad, uno de los más conocidos en el mundo entero, en todas las épocas, en todos los ambientes o géneros, siempre se hablaban de árboles y de la importancia de la naturaleza y ella lo sabía, porque estaba llena de hojas, en su interior lo único que habían eran libros desde manuscritos hasta libros que habían hecho con retazos de sus compañeros del bosque, ella los guardaba en su interior y aún estando estática (menos cuando el aire movía su copa) siempre estaba enterada de lo que pasba en el mundo «exterior».

Su copa era de las más frondosas, estaba llena de ramas y hojas, tan pero tan llena que apenas y dejaba pasar los rayos del sol a través de esas hojas y eso hacía tan apacible a quienes caminaban por ese bosque para sentarse y recostarse en su tronco y sentir tal paz y tal tranquilidad, como a la vez el ánimo para continuar con su viaje.

Amante de las tormentas cuando en realidad era la Princesa… ahora llevaba más maldiciones, no sólo ser alguien inmóvil sino atraer a esos rayos provenientes de las tormentas que tanto amaba, que tanto adoraba, ahora esos rayos también tenían una maldición porque al ser sus eternos amantes, sus eternos pretendientes, no la quisieron dejar sola en ese tormento y decidieron sacrificarse por amor a ella, pero no se dieron cuenta, de que esa maldición los convertiría en rayos.

Y así fue como atraía a esos truenos, a esos rayos, que en realidad eran los hombres que había dejado en su vida, pero que sin embargo la seguían sin darse cuenta que en realidad eran su propia destrucción, porque bien se sabe que los árboles atraen a los rayos y sólo para una cosa… para acabar con ellos, para ser su fin, para en realidad hacerlos sufrir más a través de una muerte que se consume en fuego y termina en cenizas.

Una atracción ante la que no se puede hacer nada.

Llegó un mensaje… en el cual se mencionaban unos brazos, un abrazo, y ese abrazo traía muchos recuerdos, recuerdos de días grises y fríos, pero ahora estaban lejos, había distancia de por medio, en medio de esa oscuridad en esa madrugada el mensaje que llegó a través de una ventana fue este:

Te abrazo en esta noche, transgrediendo las distancias y volviéndome tu Morfeo…. Aceptas?

Ella tenía días de no dormir, en realidad sólo se escondía de los rayos y la luz del sol en aquel sótano lleno de polvo, telarañas y hecho de madera, pero en esa noche en la torre llegó ese mensaje…

Ella dijo: Está bien lo acepto, bajando la mirada hacia ella misma, hundiendo su cara sobre una almohada rellena con plumas de cisnes… sábanas blancas…

Y entonces fue sólo así como pudo dormir tranquila, porque ni los sacrificios paganos, ni la sangre consumida, ni la luz de la luna, ni los rezos a los templos antiguos la reconfortaban y nadie llamaba a ese «Sueño» al aclamado sueño.

En cuánto cerró los ojos habiendo aceptado el trato, sintió junto a ella unos brazos que la confortaban de tal manera que el frío era ya apetecible y mientras las velas se iban consumiendo, apareció el dios, tan mitológico desde siglos atrás, pero ahora sólo para ella, era un Dios encarnado y se encargaba de darle ese placer que significa el sueño…había llegado Morfeo.

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